Alopecia difusa

La alopecia difusa no solo se limita a puntos determinados de la cabeza, sino que el cabello de toda la cabeza se cae de forma repartida. Esta forma de alopecia tiene una apariencia distinta a la característica de la alopecia androgenética y de la alopecia areata.
 
La alopecia difusa tiene diversas causas, que van desde las enfermedades, pasando por la mala alimentación y el estrés, hasta los cambios hormonales y los efectos secundarios de algunos medicamentos.
 
Con cada cabello que se pierde suele aumentar el sufrimiento de los pacientes, ya que los trastornos del cuero cabelludo también afectan al bienestar personal y a la autoestima. El límite entre la alopecia natural y la caída de cabello que precisa tratamiento es difícil de definir. En ocasiones las personas temen padecer alopecia a pesar de no perder demasiados cabellos al día. La impresión óptica (como un lavabo lleno de pelos) suele ser engañosa, ya que unos pocos cabellos largos crean la sensación de que hay más. Todo el mundo pierde entre 30 y 100 cabellos al día y esto se considera normal.
Dado que la alopecia difusa puede ser una consecuencia de trastornos y circunstancias muy diferentes, el dematólogo pregunta en la anamnesis por toda una serie de posibles desencadenantes. Los afectados deben aportar información sobre toma de medicamentos, enfermedades pasadas y cambios en su estilo de vida y alimentación. Esto es fundamental para detectar las posibles causas, establecer el diagnóstico y pautar el tratamiento adecuado para cada caso.
 
El tratamiento de la alopecia difusa consiste esencialmente en tratar y eliminar la causa. La mayoría de veces el cabello vuelve a crecer en el plazo de seis meses.
 
Una alimentación equilibrada y un estilo de vida saludable previenen los estados carenciales que pueden provocar una alopecia difusa.